La beatificación de Enrique Shaw es muy relevante: será el primer empresario santo de la Iglesia. Podría decirse que san José fue el primero, aunque en mi opinión, creo que era más un autónomo. O un ‘buscavidas’.

La historia de Shaw es apasionante porque murió a los 41 años. Y en muy poco tiempo tuvo ocasión de mucho. Siempre con vocación de servicio y entendiendo la empresa como una familia, una comunidad que tiene por objetivo crecer juntos.

Te cuento. Nació el 26 de febrero de 1921. A los cuatro años queda huérfano de madre y el padre decide que Enrique sea educado por los sacerdotes de La Salle. Son quienes le inculca la fe. Enrique entra en la Marina Argentina, donde su padre era oficial. No es imposición ni inercia sino influencia cultural y vocación de servicio. Pero al poco decide abandonar. No es su vocación.

Decide hacerse obrero para vivir la fe desde abajo, compartir la vida real de los trabajadores y evitar cualquier privilegio social. Eso fue en 1945, con 24 años. Pero dos años antes ya se había casado con Cecilia Bunge con quien tendría nueve hijos.

Tras dejar la marina con intención de llevar una vida de trabajador, el jesuita José María Velez (fundador de Fe y Alegría) le animó a descubrir su verdadera vocación:

“Tu responsabilidad cristiana no es huir de tus capacidades, sino ponerlas al servicio de los demás”.

P. José María Vélez, SJ

Shaw tenía una formación y un talento fuera de lo normal. Y con su espíritu podía influir en centenares de familias. La misión -la vocación- que le propuso fue mucho más difícil que renunciar a privilegios sociales: ser empresario cristiano en un país con fuertes tensiones sociales.

Su vocación no era dejar la empresa por el Evangelio sino llevar el Evangelio a la empresa. casi nada.

Estudió ingeniería industrial y desarrolló su carrera en Cristalerías Rigolleau como director con decenas de empleados a su cargo. Desde su puesto apostó por el diálogo sindical, los salarios justos y la primacía del trabajo sobre el capital. La empresa no es un lugar para maximizar el beneficio sino una comunidad de personas que pueden y deben crecer juntos. El habló de la responsabilidad social de la empresa mucho antes de que ahora se haya puesto de moda.

Fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa para que muchos católicos comprometidos pudieran ‘hacer espaldas’ en una vocación compleja donde tienes que ser competitivo y al mismo tiempo social.

Con 40 años cayó enfermo de cáncer. Sus empleados se ofrecieron a donarle su sangre para salvar su vida. Murió el 27 de agosto de 1962 a los 41 años,. Desde entonces ha sido ejemplo de vida cristiana para muchos empresarios y directivos de empresa. Fue un marido comprometido, un padre ejemplar y un directivo santo.

Su beatificación será especialmente relevante porque se trata del primer empresario santo. ¿Se puede ser santo en un mundo de tiburones? Se puede. ¿No es verdad que en el mundo de la empresa sólo sobrevivir los pecadores? Falso. La vida y el testimonio de Enrique Shaw es especialmente importante para una Iglesia que hasta ahora no tenía modelos de empresarios que mostrar.

Para su beatificación era necesario un milagro. Y este ha sido confirmado por la Congregación para la Causa de los Santos este pasado 16 de diciembre y confirmado por el papa León XIV el jueves 18. Se trata de un niño de 5 años con una grave lesión craneal como consecuencia de una patada de caballo en 2015. Los padres, miembros de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa pidieron que se rezara a Enrique Shaw por él.

El niño estuvo 45 días en estado crítico y tras 5 intervenciones infructuosas decidieron meterle una válvula de drenaje en el cerebro para aliviarle el dolor. Cuando estaban haciendo una comprobación rutinaria se dieron cuenta de que el líquido drenaba espontáneamente. No había explicación natural. El niño se fue recuperando con cierta rapidez y hoy es un adolescente perfectamente sano.

En enero de este 2025 la comisión médica certificó el milagro y en junio la comisión teológica también lo confirmó. Sin embargo, no ha sido hasta ahora que se ha publicado el decreto del prefecto para la Causa de los Santos, cardenal Marcelo Semeraro.

No obstante, ya en abril de 2021 el papa Francisco publicó el decreto de sus virtudes heróicas.

Ahora ya sólo queda decidir cuándo y cómo será la ceremonia de beatificación. Se celebrará en Buenos Aires y contará con el apoyo de Acción Católica y de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa.

Enrique Shaw, ¡ruega por nosotros!

Un abrazo,

Luis Losada y todo el equipo de Actuall

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