El Supremo condena a García Ortiz por revelación de secretos a dos años de inhabilitación. Había dudas de que fuera a condenar. No porque no existiera la certeza moral, sino porque no se puede condenar sin pruebas. Sin embargo, la acumulación de indicios puede ser suficiente. Y es el caso. ¿Qué inocente borra pruebas justo cuando sabe que la Guardia Civil va a intervenir sus teléfonos? Además, está la evidencia de que dictó la nota de prensa conteniendo información reservada a la que accedió en razón de su cargo.

Los efectos de la sentencia son inmediatos. No cabe la suspensión de ejecución por recurso de amparo ante el Constitucional. Pero el Constitucional sí que podría ordenar cautelarmente la suspensión exprés.
Y en cuanto al fondo podría anular parcialmente la sentencia del Supremo. Por ejemplo, podría interpretar que se ha violado la tutela judicial efectiva. En tal caso se anularía la inhabilitación y la consideración de condenado. El Tribunal de Pumpido podría considerar también que la condena a la inhabilitación es desproporcionada o que no estaba suficientemente motivada.
Incluso podría anular las pruebas obtenidas por la Guardia Civil lo que obligaría a repetir el juicio sin dichas pruebas. Habrá que esperar a los dos anunciados votos particulares porque probablemente marquen la pauta de lo que haga el Tribunal de Pumpido.

¿Por qué creo que habrá recurso? Porque de no hacerlo Sánchez sabe que lo que sigue es una cadena de condenas sin retorno a su mujer, su hermano, sus secretarios de Organización, etc.
Es verdad que el blanqueamiento de Pumpido es un choque de trenes institucional grave. Pero no les importa. La extrema izquierda ya calienta motores con eso de que la sentencia es “golpismo judicial”. El mismo Bolaños dice que no comparte la sentencia. El golpe de Estado institucional -este sí. de Pumpido, es más que probable.
¿Y tú qué opinas?
Vivimos momentos históricos. Tristes. Lo han conseguido: a España no la conoce ‘ni la madre que la parió’.
Seguimos. No nos rendimos. Un fuerte abrazo,
Luis Losada, director de Actuall
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